14 de mayo de 2009

Carta de una mujer arrepentida

Carta de una mujer arrepentida

Querido “gordito”:

Aunque sé que te pedí el divorcio y te dije cosas muy feas, me doy cuenta que extraño muchas cosas de ti. Extraño cómo te “rascabas” la cola en las mañanas, aunque dejaras bien sellados tu lindos calzoncitos. Cómo extraño tallarlos media hora con el jabón de la bolita antes de poderlos meter a la lavadora. Cómo extraño esas “nalgaditas” que me dabas frente a todos… espero que no estés resentido porque te recordaba a tu mamá por eso… es que antes no lo supe entender. Si supieras cómo extraño cuando cantabas “la cucaracha” con eructos… o la quinta de Beethoven con tus peditos… la verdad no olían tanto… yo que andaba de exagerada.

Si me perdonas por haberte roto las dos costillas el día que me fui de la casa aventándote tu bola del boliche, te juro que podrás irte de vuelta con tus amigotes todos los viernes, que yo seguiré trapeando tus guacareadas que dejabas desde la puerta de la calle hasta el cuarto.

Creo que he madurado y ya no me importa cómo veías a la vecina y te relamías los bigotes cuando se ponía sus minifalditas. Es justo que puedas ver el menú cuando estás a dieta. También creo que eres el Rey de la casa y que estabas en tu derecho de invitar a tus cuates a ver el futbol. Ahora sí estoy dispuesta a hacerte la botanita que me pidas y no decirte de insultos frente a ellos. Es más, si quieres me cambio al América para que podamos gritar juntos de emoción cuando veamos los partidos.

Me puedes seguir diciendo "viejita", "coralia", "puchunguita" o como tú quieras... que para eso eres mi dueño. Ya no te diré nada sino "Mi Rey"... porque eso es lo que eres. Es más, ya no tendrás que decirle de groserías a mi mamá para que se vaya de la casa, yo mismo le pediré que no te vuelva a reclamar nada de aquél préstamo que te hizo.

Sé que te dije burro descerebrado cuando invertiste todos nuestros ahorros en esa maquinita que te vendieron para convertir pesos en dólares, pero lo de burro no fue de mala manera sino por “aquellito” que ahora me hace tanta falta, aunque duraba poco, ese minuto era lo máximo para mi… ¡Mi hombre! ¡Mi macho! ¡Vuelve que te extraño!

Tu "viejita" arrepentida.
P.D. Te felicito por los 80 millones que te sacaste en el Melate.

Enoch Alvarado